El 19 y 20 de diciembre del 2001 son jornadas históricas para nuestro país. ¿Cómo no van a serlo si estalló la rebeldía popular como hacía tiempo no pasaba?
El neoliberalismo, de la mano de Carlos Menem y Domingo Cavallo, y detonado por Fernando de la Rua, instaló el hambre y la precariedad laboral y humana por todas partes con la promesa de que habría progreso y dinero para nuestro país: ese dinero se repartió en forma desigual y millones de personas se quedaron sin laburo. Mientras tanto, los medios de comunicación demonizaban todo lo público para justificar su privatización y desguace.
El hambre y la falta de laburo se convirtieron en moneda corriente. Frente a eso, fueron les laburantes quienes plantearon que cortando rutas abrían un camino: el de la resistencia a un sistema donde muchos ganan poco y pocos ganan mucho.
En las jornadas del 19 y 20, en las que algunos integrantes de La Defe estuvimos en las calles, se jugó la dignidad de nuestro pueblo: ante un presidente que nos mandaba a nuestras casas, lo mandamos en helicóptero a otra parte.
La represión a esas jornadas dejo decenas de muertos en todo el país. La mayoría de los responsables nunca fueron juzgados. A ellos, nuestra memoria y compromiso de que continuaremos su lucha.
Esas jornadas cambiaron la historia de Argentina y nos obligan a repensar la democracia delegativa, el rol de nuestras comunidades y de las organizaciones de toda índole.
Hoy, 19 y 20, tuvimos una asamblea de La Defe en la cual una compañera saludó dichas jornadas y las marcó como un ejemplo de lucha, porque hace 19 años confirmamos nuestras sospechas: la unidad obrera es la única salida.
Muches no protagonizamos este acontecimiento, pero conformó en gran parte nuestra identidad argentina: el compromiso por nuestras reivindicaciones haciéndose piel y sangre propia. Es así como logramos meter leyes en el Congreso, perdiendo el sueño marchando las calles a pleno sol de enero, y pasando noches viendo debates legislativos sin permitir que las palabras parlamentarias definan nuestro futuro, sino haciéndolo nosotres organizades.
A 19 años del Argentinazo, una revuelta popular histórica, gestada desde abajo, por los de abajo y contra las políticas de hambre y saqueo, reivindicamos al pueblo en la calle y recordamos a todas las personas asesinadas por balas del Estado: Nunca Más es nunca más.