Alfredo Corona es técnico electromecánico, pero este 19 de abril festeja especialmente el Día Mundial de la Bicicleta. Hace un año, además de sacarlo a pasear desde Núñez, por Figueroa Alcorta, Puerto Madero y Costanera Sur, le está permitiendo trabajar. 

Al principio hizo envíos para clientes propios. Después sumó Rappi. “Tenía que salir de la crisis laboral tras el despido, en noviembre de 2020, de la compañía francesa de administración energética Schneider Electric. Echaron a un grupo de gente entre los cuales estaba yo y nunca más volví a trabajar en la industria metalúrgica.”

Mucho antes de formarse para trabajar en lugares como Schneider Electric, había aprendido a andar en bicicleta en el patio de la casa de su vieja, a los 4 o 5 años. Primero con rueditas, unos años más tarde sin ayuda a los tropezones, y después de varias semanas, ya sin rueditas ni miedo. 

-Me acuerdo mucho de esa bici amarilla, pero siempre tuve bici y siempre me encantó. Fui a todos lados. Hace diez años iba a las salidas de La Masa Crítica. Nos juntábamos los primeros domingos de cada mes y salíamos a recorrer la ciudad en bici, skate, patineta. Ahora me encanta ir a Costanera Sur. Voy por la bicisenda de Figueroa Alcorta hasta el Planetario, Libertador, Puerto Madero, San Telmo, Constitución, el casco histórico. Me encanta. 

-¿Y tu primer día en Rappi? 

-Un amigo peluquero me dijo: “Che sabes que estoy haciendo Rappi, para complementar, con el tema este de la cuarentena. Cuando tengo un cliente o 2 lo dejo para un horario y después salgo a pedalear un rato. ¿Por qué no te anotas?’’. Bueno, bajé la aplicación y me anoté. El primer día lo acompañé 2 horas para que me fuera mostrando cómo era el trabajo. 

-¿No largaste más?

-Hace un año hice otras cosas, pero estoy prácticamente dedicado a esto. Un año atrás había poco laburo. Ahora no es que hay mucho, pero Rappi me sacó de la industria.

La Ciudad de Buenos Aires tiene algunas grandes ventajas para la bici. No por nada es la décimo segunda con más búsquedas de rutas para pedalear. 

Aunque hay excepciones, no hay grandes pendientes. No hay colinas. El punto más alto está en Beiró y Chivilcoy, Villa Devoto. Está a 26,71 metros sobre el nivel del mar. O sobre el nivel del Río de La Plata. 

Comparada con la gran mayoría de ciudades, podría ser un oasis en ese sentido. La pandemia trajo un cambio enorme en las costumbres para transitar la ciudad. Los viajes diarios en bicicleta aumentaron 27 por ciento. Pasaron de 320.000 en 2019 a 405.000 en 2020. Fue el único medio de movilidad que creció respecto de años anteriores. La cantidad de viajes seguirá subiendo. El Gobierno de la Ciudad espera que en 2023 lleguen a un millón. 

-¿Está preparada? 

-Lo peor de laburar en la bici es, sin dudas, el peligro que corrés en la calle. 

En 2020, el gran año de la pandemia, ese en el que los viajes en bici crecieron 27 por ciento en CABA, el 4 por ciento de las víctimas fatales en siniestros viales son ciclistas. La enorme mayoría, 44 por ciento, son motociclistas. Más del 10 por ciento, peatones. “Sos tu propia carrocería”, dicen. Pero esta carrocería tiene la particularidad de que es incapaz de matar. 

Aunque la ley de tránsito ampara al ciclista para circular por cualquier calle, muchos automovilistas te putean y mandan a la bicisenda. 

-Tenés que estar muy atento. Incluso así estás totalmente expuesto. Creo que esa es lejos la peor parte de este laburo: la exposición y la inseguridad vial.

Según el Observatorio Vial de la Agencia de Seguridad Vial, para los ciclistas, el principal riesgo son los autos por no usar las reglamentarias luces de giro o de balizas, por arrancar sin dar aviso cuando están estacionados y por no mirar hacia atrás al momento de abrir la puerta del vehículo.

-¿Cuánto tiempo llegaste a laburar con la bici en un día?

-Mi récord de horas pedaleando y laburando de eso fue 8 horas. Más no. Obviamente con descansos en el medio, no es que estás 8 horas laburando sin parar. Después de un año preferiría laburar en moto. Estoy en tratativas de comprarme una porque ya son muchos meses de laburar de esto con la bici. Obviamente el físico lo siente. Igual voy a seguir teniendo bici y andando en bici, pero preferiría hoy por hoy después de unos meses tener una moto.

-Para vos, ¿qué es lo mejor de este laburo?

-Primero, que es una actividad que me encanta. Además, con un costo bajo tenés un trabajo. Si tenes una bici y un celular, ya empezás a trabajar. Creo que es la parte más ventajosa que tiene todo esto. Además, los horarios los ponés vos. Podés trabajar 15 horas seguidas o dos horas en toda la semana. No hay horarios rígidos. Eso te da facilidad. Mañana, por ejemplo, no trabajo. Si trabajo, lo hago a la noche. Así, puedo cursar las materias que quiero en un mismo día. En ese sentido, ayuda bastante. 

Le preguntamos a Alfredo sobre ese repetido cliché de “ser tu propio jefx”.

“Nada. En el caso de Rappi o Pedidos Ya, dependes de una app. Vos trabajás con las condiciones de ellos. Si bien depende de las situaciones, a veces te conviene más y a veces menos, pero no sos tu propio jefe. Obviamente que tendríamos que estar en relación de dependencia y con todos los derechos, no cabe ninguna duda. Este trabajo es totalmente precario porque no tenés aportes, seguro, ART, ni nada. Por ahora no va a pasar eso”. 

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