Con el título, la fecha y la imágen ya se imaginarán de qué viene este editorial dominguero, ¿no? Pues claro. Queremos hablar del mundial.

Lo primero que queremos es que llegue, como todes. Pero estuvimos pensando y creemos que también es una oportunidad para hablar de algunas cosas vinculadas a  semejante evento, además de disfrutarlo y sufrir con cada noticia que nos llega vinculada a la selección, Messi y la Scaloneta.

Anda rondando (poco por suerte) por estos días un tipo particular de ser humano: El intelectual (si no consolidado, pretenso) caracúlico y ortiva que, con voz ronca, teorías de academia y aires de superioridad suelta: “el mundial son 22 pelotudos atrás de una pelota”. 

No sólo creemos que no van a convencer a nadie de no sumarse al  fervor mundialista, sino que además venimos a reivindicar la decisión consciente que muches tomamos de abrazar fuerte las contradicciones que nos generan muchas cosas ligadas al mundial en general y a éste en particular, e invitarlas el próximo martes 22 a ver el debut de la selección donde quieran que estén.

Nos posicionamos en contra de esos seres preclaros que explican cual docentes que no se puede tener contradicciones y que los juegos son una pérdida de tiempo. La humanidad nos convoca. No las máquinas.

Puede ser que durante un mes nuestras cabezas estén bastante puestas en este evento que se da cada cuatro años y le restemos un poco de atención a todo lo que pasa a nuestro alrededor, pero es que el mundial nos encuentra a todes juntes: Laburantes, jubilades, estudiantes, vecines, empleadores, vos, nosotres, hinchadas, bandas de rock, hasta algún libertario seguramente… Todes podemos ser parte, y ahí hay algo de magia popular y colectiva. 

Claro que siempre hay peros, por eso también queremos aclarar (¿será necesario a ésta altura?) que  no descuidaremos todos los temas que venimos laburando. Tendremos los ojos puestos en todos lados y nos mantendremos atentes a desalojos, represiones y tantas luchas que venimos acompañando hace ya tiempo cuidando de no convertirnos en intelectuales ortivas, claro. Sabemos que para eso sirven los equipos, después de todo: Algunes adelante haciendo los goles, otres atrás cuidando la pelota.

Estamos ansioses por gritar los goles de Messi, abrazarnos con el de al lado, enojarnos con algún árbitro y gritarle a la tele. También aprovecharemos la instancia para reflexionar sobre el negocio del fútbol, la FIFA, les laburantes que murieron haciendo estadios y la violencia inaceptable de Qatar hacia las mujeres y disidencias sexuales. ¿Por qué no podríamos disfrutar lo piola y criticar lo jodido? 

Arranca un mes especial que acaparará la atención de gran parte de la población mundial. Desde el country más cheto hasta las villas donde sólo hay barro y un potrero donde les pibes sueñan con ser El Diego. Vibrarán esas contradicciones también con cada gol o esperanza de les jugadores. Todes queremos ser campeones: Arranca La Defe mundialista (y otras yerbas)!

Nosotres ponemos el cuerpo y la pasión hasta el final que nos toque.