Hay muchísimas formas de ver el trabajo. Está el cuento que contaban les abueles de que el trabajo dignifica, las historias de casos inspiracionales que en LinkedIn cuentan cómo triunfaron con su emprendimiento y tienen de jefe a un amigo, está el golpeado por los trámites burocráticos y avasallado por el sistema y sus áreas grises, el soñado, el esclavo, el blanco, el negro, el precarizado. Está el que aparece totalmente separado de la vida personal, el que se practica de 9 a 18 hs. y que te ayuda a pagar el asado y tu parte de la cancha, o una semana en San Clemente con la familia.
No venimos a hablar de trabajo, ni a contar historias que reproduzcan desigualdad, (porque claro, no hay forma de hablar de laburo sin hablar de explotación ni injusticia). No nos urge hablar de jornada laboral, de salarios, de desigualdad de género, de despidos, suspensiones ni acoso en el trabajo. Venimos a preguntar(nos) por laburantes. En medio de una pandemia global, que ganó el falso marketing de que “golpea a todes por igual”, nos convoca la necesidad de contar historias de quienes laburan.
Tampoco queremos reproducir historias marginales para abundar las redes de “realidad”, pues tal cosa como la realidad no puede entenderse de forma acabada ni se muestra a la vista de una biopsia médica. Lo que nos urge es conocer y preguntarnos quiénes son les laburantes, no a los ojos de la ley y las estadísticas, sino como sujetos de sus propias vidas, como hermanes, hijes, familiares, amantes, amigues, fanátiques de youtube o de jugar a la pelota.
Queremos relatar historias de laburantes. Sí, probablemente hablemos de derechos, de hechos, de luchas y de noticias que dan tristeza entre otros sentires. Porque la empatía en un post no es suficiente, queremos que se conozcan sus historias y se sumen al cotidiano de reflexiones de la mayoría posible de personas. Queremos hacer sujetos de estos relatos a sus protagonistas reales. No enaltecer como culto la democratización de las redes que permite su difusión, hacernos cargo con entusiasmo del poder que tenemos de actuar y no olvidarnos de lo importante que es la historia para no repetirla, y para entender los derechos conseguidos.
Somos un grupo que, con nuestro estilo y nuestros recursos, queremos contar historias. Historias sobre todes, pero no todes, historias sobre les más golpeades, marginades. Historias sobre laburantes.
Algunes de nosotres trabajamos defendiendo trabajadores en reclamos contra su empresa, pero estamos convencides que luchar y colaborar solo en este terreno queda corto. Los reclamos en el terreno judicial, aún cuando son ganados, pasan a la historia como casos aislados de trámites burocráticos y palabras difíciles en papeles que nadie lee. Eso no sirve, queremos que cada fuerza se multiplique en la unión con el otre. También probablemente sea un poco más difícil, pero estamos segures de que por ahí va. Por eso nosotres nos unimos, y lo decidimos en este contexto de crisis global para contar relatos que no nos pertenecen, pero nos inspiran a escribir, a registrar, a preguntarnos por el otre: quién es, qué le gusta, qué hace, ¿es feliz?
*Usamos la e para incluir a todes. Si alguien se siente afuera de esta forma de mención, le pedimos nos avise, porque queremos incluirle y estamos aprendiendo cómo.