El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires publicó en el Boletín Oficial la Resolución N.° 48/SECACGC/21, por la cual amplía la Licitación Pública de Etapa Única N° 2051-1766-LPU18 que tiene por objeto el servicio de gestión y operación de un “Centro de Contacto Omnicanal Personalizado a los ciudadanos a través de BA 147”.

La ampliación implica pasar de 264 operadores básicos mensuales a 6.336 operadores básicos por un monto total de $ 325.201.536 (Renglón N° 1); 3.000 horas mensuales de contingencia a 72.000 horas adicionales de contingencia, por un monto total de $ 36.000.000 (Renglón N° 2); 266 operadores mensuales a 6.384, por un monto total $ 360.724.281 (Renglón N°3); y 80 puestos de trabajo mensuales a 1.920 puestos de trabajo por un monto total de $ 23.040.000 (Renglón N° 4). Los cuatro renglones de la Licitación fueron adjudicados a la empresa GIV S.R.L. 

A la empresa GIV, sin nueva licitación, el GCBA le incrementó el objeto de su contrato en aproximadamente 2.400% por un monto cercano a los 750 millones de pesos. Esta modificación contractual es posible por los superpoderes que otorgó la Legislatura a Rodríguez Larreta y que jamás tuvo otro Jefe de Gobierno en democracia.

Esta privatización, donde la empresa no realiza ninguna inversión y tampoco aporta un conocimiento técnico especial, sólo se explica por la intención del GCBA de tercerizar la prestación del servicio para que una empresa gane dinero precarizando trabajadores.

Aquí un ejemplo paradigmático de la precarización laboral que sucede en la empresa GIV S.R.L., premiada por el GCBA: M fue trabajadora de la Línea 147 desde 2017 hasta 2020. Durante la pandemia, en el pico máximo de atención debido a la conformación de un equipo especial para atender consultas sobre COVID19, se vio forzada a renunciar al ser víctima de violencia laboral, hostigamiento y comentarios amenazantes.

“La empresa me pagaba las horas extra por fuera del contrato, que además estaba mal registrado y con fechas alteradas. Cuando pasamos a modalidad de teletrabajo, se aprovecharon para obligarnos a estar disponibles a cualquier hora, y bajo amenaza de hacernos trabajar fin de semana, feriado o incluso volver a la oficina. En abril modificaron el contrato y empezaron a descontarnos todo el tiempo que no estuviéramos online. Dentro de esa modificación, agregaron que las horas extra se pagarían como productivas, lo que significó perder todas las horas extra que habíamos trabajado el mes anterior, que en mi caso eran 45”.

Además de estas irregularidades en las condiciones laborales, es muy cuestionable que el GCBA otorgue a un privado la atención a la ciudadanía y la resolución de situaciones de violencia doméstica sin necesidad técnica o de capital que avale esta decisión privatizadora.

El GCBA, por otra parte, se irresponsabiliza y otorga vía libre a la precarización y super explotación de trabajadores, que además se ven sometidos a violencia y hostigamiento y, para terminar la ronda de abandono, deja a les ciudadanes muchas veces sin la falta de atención que necesita.

Dejar un comentario