La Patagonia tiene un intruso que durante años fue acechando tierras sin que lo frenen, es que el hombre es europeo y pasa mucho más desapercibido que cualquier representante de los Pueblos Originarios, entonces: siga y siga. ¿Quiere un pedazo de montaña o un lago? Lleve, lleve.  

Joe Lewis es inglés y es el extranjero con más tierras en la Argentina, ni más ni menos. Su patrimonio neto alcanza los $4.9 mil millones de dólares y está en el puesto 574 de los más ricos del mundo. 

En 1996 adquirió 8 mil hectáreas- actualmente 12mil- linderas al Lago Escondido en Río Negro en condiciones no muy claras. Este lago es un reservorio de agua glaciar, por lo tanto es de uso público, aunque desde hace años el acceso es restringido por la seguridad del lugar en donde el magnate tiene una mansión. 

Sí, es tuyo, mío, nuestro, pero no podemos pisarlo sin que nos echen o, en el peor de los casos, nos metan en cana. Pero también te pueden sacar 40 tipos-civiles- armados, como en marzo cuando en una protesta por el acceso al lago, muches militantes sufrieron represalias. 

La novedad por estos días tiene pinta buena y parte de este último episodio: La Inspección General de Justicia (IGJ) pidió la intervención judicial de la empresa Hidden Lake S.A. Pero además, esta resolución pide que se liquide su patrimonio, lo que incluye los terrenos, ya que la compañía que tiene declarada presenta muchas irregularidades… Y SÍ.

“Hidden Lake, en realidad, resulta ser una pantalla jurídica que no tiene por finalidad el intercambio, la producción o prestación de bienes o servicios, sino que se la está utilizando para disfrazar un cuantioso patrimonio del Sr. Lewis en la Patagonia”, dice la resolución. 

Esto es un avance enorme y por primera vez la justicia empieza a hacer algo con alguien que se consideraba impune. 

Eso sí, Lewis no es el único rico que piensa que la tierra es toda suya. Hay muchos dando vueltas por el país y acá en CABA estamos teniendo serios problemas con el río. Costa Urbana, Costa Salguero, Distrito Joven, Punta Carrasco son solo algunos ejemplos de mercantilización de nuestra Costanera. Si, NUESTRA. Y si, hoy podés ir a tomar mates mientras mirás cómo despegan los aviones en Aeroparque, pero a tan solo metros hay un negociado del que no sos parte. El Gobierno de la Ciudad se encargó de vender nuestra costa al mejor postor, como IRSA o TELEMATRIX, pero con la fuerza ciudadana y de organizaciones sociales y ambientales, algunos de estos proyectos se fueron frenando, pero así y todo siempre hay que estar con una oreja parada porque nunca se sabe si algún juez amigo puede volver todo para atrás. Lo disfrazan con futuro, trabajo, pastito cortado y renders hermosos, pero es todo inconstitucional. Violan la propia Constitución a la que representan, la que dice que los terrenos costeros son de uso público y gratuito y que no se puede mercantilizar. Mucho menos en una ciudad donde cada vez hay menos verde y más edificios, que encima son ociosos, pero ahí ya tenemos tema para otro editorial.
Que todo esto sirva  de ejemplo para que dejen de robarnos o de disfrazar sus negociados como inversiones en gobiernos vendepatria como fue el de Macri. Mientras tanto, que los Lewis y los Elsztain se busquen un laburo honesto.