Y cuando hablamos de verde, estamos lejos del concepto que asocia a la lucha ambiental con algo white people problem, porque el problema lo estamos teniendo todes. 

¿Nunca te preguntaste por qué hace 40 grados en octubre? ¿O por qué está más fresco en la costanera que en pleno Microcentro? ¿Por qué hay tantos incendios en un lado y tantas inundaciones en otro? ¿Por qué hay cada vez más especies en extinción? ¿Por qué el aire que respiramos es cada vez menos puro? ¿Por qué aparecen enfermedades nuevas? 

Todo se resume en una sola cosa: Calentamiento global. 

Si, ahora en Glasgow después de 10 días de debates concluyeron que el aumento de dos grados de la temperatura del planeta es superior al 1.5° que veníamos teniendo. Si, se tomaron 10 días para decir algo que ya sabíamos y que está a la vista. No necesitamos saberlo de la boca de un par de líderes que se pasean en autos caros y se hospedan en hoteles de muchas estrellas.

Países líderes del mundo y que tienen sobre su cabeza el mayor porcentaje de contaminación ni siquiera asistieron cuando en paralelo los incendios, desmontes, inundaciones y todo tipo de consecuencias desastrosas para las comunidades se multiplican por montones. Mientras, las promesas de sustentabilidad y disminución de la emisión de dióxido de carbono se mantienen como lo que son, sólo promesas. 

¿A quiénes representan? ¿Creen que realmente vamos a creerles que les importa el medio ambiente cuando los vemos negociar con petroleras, mineras o cuando favorecen el fracking? 

El presidente de nuestro país, Alberto Fernández, destacó el avance en “un marco legal para erradicar la deforestación ilegal y proteger los bosques nativos”. Parece un chiste cuando desde el año 2007 el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos fue sistemáticamente desfinanciado por todos los gobiernos, asignando partidas cada vez menores, que en términos reales alcanzan un 95% de caída presupuestaria. Esto se traduce en que desde esa fecha a la actualidad el territorio nacional perdió 6,5 millones de hectáreas de bosques nativos producto del desmonte y además le otorgan sólo el 3% del presupuesto de lo que corresponde por ley para su protección.

Por esta razón, desde La Defe presentamos una nota a las comisiones de Presupuesto y de Ambiente del Congreso de la Nación con el fin de solicitar que se revea el presupuesto que se le va a otorgar al Fondo de Conservación ya que para el 2022 se prevé un monto completamente inferior al necesario para seguir protegiendo nuestros bosques. ¿Acaso vamos a soportar otro verano con incendios forestales? Cuando alguien haga algo solo tendremos las cenizas de los árboles. 

Por otro lado, esta semana recibimos la noticia de que ambientalistas de Exaltación de la Cruz sufrieron una dura represión al momento de organizar la movilización que se llevó a cabo el 11 de noviembre. El tema de convocatoria no era menor: Piden que dejen de fumigar con agrotóxicos. Ya sabemos lo que esto implica, los intereses que hay detrás y las consecuencias devastadoras para la salud de les ciudadanes. Hace poco también en la localidad de Presidencia Roca, en Chaco, más de 700 personas- en su mayoría niñes- tuvieron que ser hospitalizadas luego de que un avión pasara a fumigar la zona sin autorización y con condiciones climáticas poco favorables, ya que los fuertes vientos terminaron desparramando el veneno entre la gente, provocando vómitos, diarrea y dolor de cabeza. Pero las consecuencias no son pasajeras y la larga exposición provoca enfermedades horrendas. ¿Realmente les importa más sus ganancias que todos los pibes de un barrio tengan cáncer? La respuesta ya la sabemos, pero nos cuesta creerla. 

Siguiendo la línea del ambientalismo, como Defe también hemos trabajado fervientemente en la campaña por una costanera verde y pública, que iniciamos en agosto pasado luego de la aprobación en primera lectura del proyecto Costa Urbana que IRSA y el gobierno de Larreta quieren llevar a cabo en la Costanera Sur de la ciudad de Buenos Aires. Este proyecto extractivista, que busca construir torres de 145 metros de altura al lado de la reserva ecológica es la simplificación de un modelo de ciudad basado en el despojo de los espacios verdes y públicos.

En este sentido, llevamos adelante muchas actividades que buscaron denunciar esta iniciativa que no fue consultada con nadie y también concientizar el desastre que va a generar. Entre las acciones que realizamos estuvimos presentes cada fin de semana en la costanera invitando a les vecines a sumarse a la lucha, organizamos bicicleteadas, festivales, marchas, charlas y también presentamos un proyecto alternativo para que el predio de la ex ciudad deportiva de Boca Juniors forme parte de una reserva ecológica. 

Esta semana finalizó la audiencia pública tras 14 jornadas intensas en donde más de 800 oradores expusimos nuestros argumentos en contra de este mega proyecto. Solo 14 se expresaron a favor de IRSA, algo que deja muy en claro que necesitamos un espacio verde y público y no torres de 145 metros. Si bien la audiencia no es vinculante, lo cual hace que este tipo de  ejercicio democrático sea un poco de fantasía, deja un precedente. A lo largo de la campaña hemos visto cómo la Reserva Ecológica se colapsaba por la cantidad de personas que querían visitarla. Si esto no es un llamado de atención, ya no sabemos de qué manera decirlo.

Estamos en crisis climática, no es el momento de mirar a otro lado .