Algunxs de nosotrxs tenemos varios 24 encima. Y otrxs marcharon por primera vez. Tratamos de transmitir un poco de todo eso que sentimos, del por qué marchamos pero aún, con años encima, no tenemos una respuesta exacta. Solo sabemos que marchamos para no olvidar a les 30400 y al plan sistemático de exterminio que hasta hoy tiene consecuencias en todos los ámbitos de nuestra vida como país. A no olvidar a pesar de que haya dos marchas -como mínimo-, dos convocatorias con consignas distintas pero con el mismo objetivo. Argentina, no lo entenderías.

La dictadura cerró con desigualdad. A partir de ese nefasto gobierno de facto los pobres fueron y siguen siendo más pobres y los sectores civiles y empresariales que apoyaron el genocidio se enriquecieron brutalmente. Consecuentemente, acumularon  y construyeron poder. Poder que ejercieron y ejercen hasta hoy, para sostener la política económica de aquella dictadura que tanto los benefició. Blaquier murió impune hace días. Horacio Rodríguez Larreta lo despidió sentidamente en el obituario de La Nación. Allí está la huella viva de la última dictadura. Acechando para ocupar un espacio que, de ganarlo, nos llevaría a las peores épocas de nuestro país, en todos los sentidos posibles. Y nos quieren hacer creer que no hace falta insistir en que DIJIMOS NUNCA MÁS.

Las Madres y Abuelas se nos están yendo de a poco y duele una bocha. Fue la primera marcha sin Hebe. Una mezcla de sensaciones infinitas. Sabemos que las viejas no son eternas, pero las vemos yendo en silla de ruedas o en bastón, sin poder hablarnos pero ahí marcando el camino, y nos cuesta creer que la muerte pueda alcanzarlas algún día. Quizás sea porque, al igual que nuestrxs compañerxs detenidxs desaparecidxs, ellas ya no podrán morir. Junto con sus hijxs y nietxs viven en nuestras luchas, en nuestras banderas y en nuestra memoria. Por eso desde La Defe defendemos derechos humanos. Pudiendo trabajar 6 hs desde la virtualidad, cobrando en USD como Burlando y usando a las personas para garantizar nuestras pequeñas individualidades, elegimos construir algo colectivo, complejo y desgastante, pero de todxs. Por eso también sabemos cuál sería nuestra suerte si volvieran los milicos, los falcon y las picanas. Nunca pudimos ni podremos mirar para otro lado, aunque vengan clausuras, denuncias y amenazas. Desguazaron una generación entera que traía revoluciones de igualdad en los puños. Y sin embargo aquí estamos, más vivos que nunca para enfrentar al fascismo de ayer, hoy y siempre.

Con esa certeza resistiremos y enfrentaremos todas las embestidas de las derechas modernas, que son las de ayer con buen marketing. Sabemos que no somos lxs unicxs. Iremos en búsqueda de más y mejores redes de construcción colectiva y laburo conjunto. Solo la organización y entrega de los pueblos nos puede cuidar de los ejércitos del odio y el egoísmo.

Este último mes para nosotrxs fue un remolino de bajón, alegria y alerta. Pero acá estamos, de pie. Este 24 nos encontró diferentes, más organizadxs, más reflexivos y más militantes de nuestro espacio, nuestras ideas y nuestro trabajo. Seguimos creciendo, aunque nos quieran bajar. Seguimos apostando, aunque nos digan que perderemos. 

Seguimos marchando, porque no nos han vencido.