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¿Qué pasó ayer?

By 13 septiembre, 2021Sin comentarios

Nos negamos rotundamente a creer en las palabras de la mamá de Randazzo, “pueblo de pelotudos”. 

Pero estamos preocupades. La enorme cantidad de votos jóvenes de la derecha demuestra que Milei ya no es un meme indefenso que nos entretiene en los chats de whatsapp. Buscando un balance global de este domingo de sufragio, es muy difícil encontrar un panorama esperanzador. 

Incluso durante la campaña, ganó de forma aplastante la fuerza que propuso empezar a eliminar la indemnización por despido sin causa y que les jóvenes cobremos la mitad del salario mínimo en nuestros primeros trabajos.

Pero antes de este domingo, ¿qué política se venía haciendo? Venimos de crisis y pandemia, pero en esta campaña se encargaron de decir que cogen, que fuman porro y que se compraron un cuaderno rojo pero de caminar un barrio ni por joda. Todas las fuerzas grandes, guionadas por un bizarro que buscaba ser trending 24/7.

No tiene sentido que sigamos rezando “La memoria pincha hasta sangrar…”, hay algo con la memoria que está funcionando raro.. Hay que modificar las estructuras mentales que nos hacían confiar en que la memoria nos evitaría repetir ciertos senderos. El macrismo cruzó la General Paz como creímos que nunca pasaría. Nadie esperaba un triunfo así de Juntos por el Cambio, nadie a nivel nacional.

El resultado de estas elecciones refleja una infinidad de cosas que parece que nadie quiere ver, porque claro ¿Quién quiere ver que les jóvenes bonaerenses voten a Milei o les laburantes al pelado Larrata que ni siquiera hizo campaña limpia?

Con 23 provincias y un distrito federal, a nadie sorprendió que anoche, el presidente solo saludara a les candidates del AMBA, como si fueran los únicos distritos electorales. Estamos cansades de campañas y discursos unitarios. 

Sigan jodiendo nomás con los stickers de Milei, cancelando y meritocrateando en twitter… Cada vez más voto que olvida, niega y discrimina los problemas de la mayor parte de la población.

Hace años no queremos ser más esta humanidad. Hoy resulta que, si no nos apuramos a construir otra e intervenir políticamente, volverá lo peor y a fin de cuentas, siempre dependeremos de lo que el FMI diga que somos.