Hace 38 años atrás, un día 30 como hoy, en Argentina, volvieron a estar las urnas presentes. 

Luego de siete años nefastos de la dictadura cívico militar que comenzó en 1976, la democracia volvía al país para no irse nunca más. 


Raúl Alfonsín fue electo por el pueblo y, a los tres días de haber comenzado su mandato, decretó lo que sería otro de los hechos históricos más movilizantes de la Argentina: el juicio a los miembros de las tres juntas militares que usurparon el poder.

“…Acá hemos ido a una elección, hemos ganado, pero no hemos derrotado a nadie, porque todos hemos recuperado nuestros derechos”. Raúl Alfonsín, 1983.

A la democracia la vamos a celebrar siempre, pero ¿hay 100% de democracia en una inoperante y elitista Defensoría del Pueblo en la que participamos pero sin dejar de debatir su funcionamiento y su real representatividad del Pueblo? ¿Qué democracia hay cuando tenemos casos de desaparición forzada como Luciano Arruga o Santiago Maldonado? Todavía hay muchos aparatos del poder que siguen funcionando de manera cuestionable; es nuestro deber repudiar que estas cosas sigan sucediendo.

No descansemos con el voto una vez cada tanto, o con instancias democráticas que no resuelven ni de cerca nuestras necesidades.

Salgamos a la calle cada vez que sea necesario, involucrémenos.