Entrevistamos al Juez de Cámara de Responsabilidad Penal Juvenil de Catamarca acerca de la baja de edad de imputabilidad, un tema que vuelve a ´ponerse en debate luego de que el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, anunciara que va a mandar un proyecto de ley para bajar la edad a 14 años. En esta línea, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, esta semana agregó: 

“también hay que ver qué pasa cuando a los 13 o a 12 años un chico asesina o genera un delito gravísimo”.

Consultado respecto a esto, Morabito hizo hincapié en cinco puntos para entender el argumento de por qué no se debería dar la baja de imputabilidad según su experiencia y criterio:

Punto legal: “En materia penal rige el principio de no regresividad penal- de hecho está prohibido- y con mayor razón en materia penal juvenil. No nos olvidemos que la palabra juvenil es simplemente maquilladora del derecho penal. Si no se cumple el principio de no regresividad, significa retroceder en materia penal y desconocer derecho. Ya está comprobado, y ojo que yo no soy un abolicionista para nada porque soy un juez penal que aplica sanciones en ocasiones, pero está comprobado y la evidencia es aplastante y categórica de que con el derecho penal no se solucionan los problemas de la inseguridad, o sea, los problemas de inseguridad se van a solucionar con mayor garantía de los derechos humanos fundamentales. 

Punto económico: “¿Cuánto le sale al Estado un pibe o una piba que está institucionalizado? Porque, en definitiva el Estado se arroga la potestad de privar de la libertad a los pibes, pero de ninguna manera da cuentas, no solamente de esos chicos sino también de la población carcelaria en general, de cómo los va a reinsertar. 

Los ciudadanos pagan impuestos para la manutención de las cárceles, porque eso sale de los impuestos de las personas, por lo que el Estado estaría obligado, como garante de las personas privadas de la libertad, a dar cuentas de cuántas personas realmente reinserta, porque la reinserción social es una obligación. Y en todo caso también serviría para que la reinserción social en la República Argentina deje de ser la crónica de un fracaso anunciado”. 

Punto estadístico: “En el mundo del delito; los cometidos por niños, niñas y adolescentes son solo el 4 o 5% y de los más graves (homicidios o delitos contra la integridad sexual) no superan el 1% y la mayoría son por disputas de territorialidad entre bandas y muy pocos por inseguridad. De estos delitos la mayoría proviene del Gran Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza. Si la cuestión requiere de indicadores precisos, bajar la edad de punibilidad, por 3 o 4 provincias, cuando en el mundo de los delitos más graves, solo el 1% es cometido por chicos por debajo de la edad punible tampoco tiene sentido. Y, algo más, para agregar, la mayoría por disputas entre peleas o bandas, ¿no? Muy poquitos son por cuestiones de inseguridad. 

Punto Social: “El delito no es un problema jurídico sino social.Es un problema de derechos básicos, fundamentales, no satisfechos. Es más facíl castigar que garantizar derechos.Estamos hablando de que aproximadamente 8 millones de niños son pobres. Actualmente, algunos de los pobres en extrema o indigencia van a comer, por ejemplo, a comedores escolares de las escuelas. Con esta crisis que existe económicamente ahora esto se va a agravar más. Entonces, el Estado no encuentra otra manera de brindarle a la sociedad queriendo llevarle tranquilidad a través del sistema punitivo. Vamos a encerrar a todos aquellos que cometen delitos. Sin embargo, esos chicos tienen una historia de vida, las personas tienen una historia de vida. Son pobres, consumidores, tal vez crónicos, o tienen problemas de consumo problemático de estupefacientes, pobreza o pobreza extrema, golpeados en el hogar, maltratados, discriminados. Entonces, muchas veces, esos flagelos que son problemas, por supuesto, no gozan de derechos humanos básicos como salud, alimentación, educación, entonces, sin duda es que los llevan a cometer  delitos en muchas ocasiones. Entonces, es más fácil castigar que garantizar derechos. Uno tiene otra forma de esconder sus miserias debajo de la alfombra, porque generalmente lo hace, lo esconde tras los muros de una prisión en determinadas ocasiones” 

Punto resultadista: “Es resultadista porque no da resultados, porque trabajar sobre los efectos del delito y no sobre las causas que lo originan,  no va a solucionar absolutamente nada. Si solo se trabaja sobre esos efectos, siempre habrá víctimas y victimarios. El sistema penal siempre llega tarde. Reformar el sistema penal, bajar la edad de punibilidad, endurecer la ley penal en un país donde tiene el código penal más viejo del mundo, aproximadamente cerca de las mil reformas, el código penal no es un código penal, es un gran parche penal. Entonces, en definitiva, en un sistema que se ha ido agravando con los años-en el código 1920 la libertad condicional se obtenía a los 20 años, después con la reforma Bloomberg a los 35 para algunos delitos y para otros no. Actualmente con la reforma Petri del año 2017, de Luis Petri, quien integra el gobierno de Javier Milei-  las personas ya no tienen libertad condicional en los casos de penas perpetuas. En Argentina existe un sistema de penas perpetuas de por vida”. 

Por supuesto que hay chicos que cometen hurtos, por supuesto que hay chicos que cometen robos, pero esto no significa que con los chicos más punibles no hagamos nada O que nosotros simplemente desde la resistencia digamos no a la baja, sino que con esos chicos que cometen delitos por debajo de la edad punible hay que hacer otras cosas, pero no desde el punto de vista punitivo, sino tomar otras medidas que son desde los sistemas de protección integral Y fortalecer los sistemas de protección integral de niños y adolescentes. 

-Según tu experiencia en el campo de la justicia juvenil y tu trabajo diario, ¿por qué crees que con todos estos factores nombrados y todo lo demostrado, el Estado siempre decide ir por un camino punitivista de encerrar-castigar? 

-Simplemente porque creo que el Estado se quedó sin herramientas, porque no vende políticamente, no genera votos políticamente hablando. No seduce la gente a decir que a los pibes hay que garantizar el derecho y no castigarlos. Entonces el político encontró en el sistema penal una venta importante para generar votos y seducir a las personas diciendo “ustedes van a estar tranquilos con mayor castigo”, sin embargo está probado de que a mayor castigo no hay mayor seguridad, al contrario.  Yo creo que hay que atacar todo aquello que tienda a fortalecer el delito, porque esa es una tarea de un Estado de Derecho. La discusión entre cárcel y castigo viene hace muchos años, el problema es que quien entra a la cárcel hoy tiene más posibilidad de salir como un gánster que como alguien resocialización. Esto no significa que no se deba castigar, yo no creo en caer en el discurso progre de no castigar. Por supuesto que cuando se comete un delito hay que hacerlo, pero no solamente la pena de prisión o pena privativa de libertad es una forma de sancionar. También el delito se puede restaurar, hay que apostar a la justicia restaurativa, también el delito se puede reparar, hay otras alternativas a las penas de prisión.

-¿Cuál es la situación que se ve hoy en las cárceles o en los institutos de menores? 

-Cuando se cierran las cárceles de noche reina el silencio y ¿sabes qué hay? Llantos de pibes que son niños, que son menores de edad. Simplemente eso. No hay reeducación o re-socialización. Cualquiera de las teorías que reinan, no hay nada Se cierran los muros de la prisión y se cierran las puertas de los institutos que no dejan de ser cárceles disfrazadas, y lo único que se escucha de noche no son gritos de pibes, son llantos y desconsuelos de pibes que dejan de ser niños. De esta forma no está recuperándose a nadie.

 La neurociencia ha demostrado que incluso por encima de los 18 años el cerebro se sigue desarrollando hasta los 20 o hasta los 22 años. Entonces los pibes necesitan otro tipo de cuestiones. Por supuesto que sí son delitos muy graves hay que reveer esas circunstancias del castigo, pero tratando de ayudarlos con sanciones diferenciadas o desde otro punto de vista, no simplemente de la pena de prisión. 

Hoy las cárceles están abarrotadas, están llenas, y los institutos también. Y por debajo de la edad punible también hay chicos que están siendo privados de la libertad y  de eso el Estado no habla nada. 

Hay un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que se llama Villagrán Morales vs. Guatemala, o más bien conocido como Niños de la Calle vs. Guatemala y dice algo así: “los estados no evitan que los niños sean lanzados a la miseria Sin embargo, no garantizan un proyecto de vida, ni fomentan ni cuidan un proyecto de vida Que en realidad debe ser garantizado por los estados Sin embargo, no evitan que sean lanzados a la miseria Y cuando son lanzados a la miseria y cometen un delito,¿los llevan a donde? A la cárcel, sin embargo es el propio Estado el que generó esa violencia estructural”.- 

Por más que esté legitimado el castigo, no pierde su naturaleza intrínseca de producir dolor.Y el dolor de las víctimas no puede ser compensado con el dolor del sistema penal de ninguna manera. De ninguna manera porque no es un sistema penal de venganza, es un sistema penal para reinsertar a quien irónicamente nunca estuvo inserto.