Terminamos el 2023 con las cifras más altas de femicidios y travesticidios. Son más de 300 y otras 500 que se salvaron por distintas circunstancias. Una de ellas fue Ferni Ayala quien fue asesinada por quien era su pareja, Esteban Rojas. Hoy es el aniversario de su femicidio. Hace un año mataron a Ferni en la villa 21-24 y para nosotros no es un día más. La lucha de su familia por justicia es nuestra lucha, ya que los acompañamos desde la querella en la causa judicial que continúa su curso. Más allá de las burocracias y morbosismo que atravesamos, continuamos en la búsqueda de justicia por Ferni y militamos por un Ni Una Menos que parece cada día más lejano.

Hoy a las 18:30 vamos a participar del homenaje que se realizará en Iriarte al 3500, en la Villa 21 24 de CABA. Allí estaremos y aprovechamos para invitarlos a todos a acompañar a su familia en este homenaje y pedido de justicia.

Sabemos que atravesamos un particular período de lucha para mujeres y disidencias. Estamos retrocediendo pasos que fuimos ganando en las calles, pero eso no nos quita firmeza ni determinación porque no nos vuelven a callar nunca más.

Estamos frente a un presidente que en plena conferencia de Davos dijo que iba en nuestra contra, aludiendo que tan sólo representamos un conflicto “ridículo” y “antinatural” entre el hombre y la mujer. “La agenda del feminismo radical devino en mayor intervención del Estado, darle trabajo a burócratas que no aportaron nada en la sociedad sea en formato de Ministerios de la Mujer u organismos internacionales para promover esta agenda”, tiró ahí y lo aplaudieron. 

Las “burócratas” que “no aportaron nada”, son trabajadoras de las líneas de atención de violencia de género que fueron despedidas y aún no se sabe qué pasará con ese programa.También son las trabajadoras que brindan talleres de prevención de violencia en los barrios o de ESI. Son las que contienen, las que acompañan, las que ponen el hombro frente a situaciones complejas producto de la violencia patriarcal. Claro, todo esto no alcanza porque la violencia aumenta, pero de ninguna forma darlo de baja por un simple capricho político fascista es la solución.

El propio presidente Milei es quién habilitó de manera oficial el discurso de violencia hacia las mujeres, en especial hacia las que militamos o no coincidimos con su pensamiento político. Sus palabras son violentas y se replican como gracia frente a otros varones, como el típico macho que necesita aprobación de sus pares cuando hace o dice algo que está fuera de lugar. 

Esta semana el blanco elegido fue Lali a quien acosó durante días acusándola de vivir del Estado. Todo explotó cuando ella se expresó en el festival Cosquín Rock. Lo curioso es que el mismo día otros artistas- como Mollo y Dillom- también se expresaron contra el gobierno de turno, pero los dardos apuntaron directo a Lali. ¿Casualidad que sea mujer? Sabemos que no. Por más que intenten decirnos una y otra vez que no es misógino “porque trabaja con mujeres”, hay una clara fijación contra el género, no es la primera vez que lo vemos. Esta vez está yendo a fondo y nos puso como enemigas. 

“Ella empezó”, dijo cuando le hablaron de la repercusión que estaban teniendo sus dichos. Muchos lo compararon con un niño que va al colegio que acusa a sus compañeritos, pero lejos está de la inocencia. El “ella empezó” tiene una línea directa al “mirá cómo me ponés”, “mirá lo que me hacés hacer”. Siempre somos las culpables de la violencia que engendran y proyectan.

No vamos a quedarnos calladas mientras avanzan contra lo que conquistamos en las calles, mucho menos cuando tenemos una amenaza tan directa. 

El 8M será una fecha clave y tenemos que ser miles en todo el país. No cedamos ni un solo paso. 

Nos vemos en la calle.