Hoy, como cada año menos los que debido a la pandemia por COVID, es La Noche de los Shoppings en muchos establecimientos de la Capital.

Quisimos saber de alguien que trabaje en estos eventos, que sepa cómo se siente lidiar con la locura del consumo del día anterior a la “Nochebuena” (que más que Noche buena, para muches padres y madres es más bien Noche de estrés). Carla Daza nos prestó su tiempo, limitado por supuesto por ser laburante, ser madre y bueno, todo lo que sabemos de los diciembres.

Carla trabaja hace más de dos años en este local de ropa infantil, pero hace nueve en el rubro de Comercio, atendiendo al público. En esta tienda, como la mayoría que trabajan en locales comerciales, tiene tareas variadas que van desde venta a reposición. Lo que no varía es la principal carga que llega con el trabajo en centros comerciales:

 

“Trabajar en un shopping es estar dedicado y disponible full time, ya que se trabaja en horarios rotativos. De lunes a lunes, con un franco a la semana, en la mayoría de las empresas.. Es resignar un poco la vida social. Si tenes algún evento feriado o finde es probable que no puedas ir, ya que son los días de mayor carga horaria porque son de mucha concurrencia, a diferencia de los días de semana”.

 

Comercio, y puntualmente atención al público, son rubros que tienen gran demanda constante, por lo que es donde la mayoría de jóvenes se inician en el mundo laboral, además de gastronomía. Por eso puede ser que conozcamos mucho, aunque sea superficialmente. ¿Pero cuánto sabemos cómo es trabajar en un shopping? ¿Y de La Noche de los Shoppings, qué sabemos?

 

“Es la noche previa a Nochebuena, donde los shoppings tienen muchas promociones y descuentos en varios locales de indumentaria, juguetes, etc. No se adhieren todas las marcas pero sí la mayoría.

Estos famosos descuentos se anuncian con megáfonos, y por lo general empiezan pasada la medianoche y se extienden hasta la madrugada. Este año será hasta las 3 AM”.

 

Esta fiesta hedonista de placer capitalista, donde mucha mucha gente apurada quiere comprar y muchos empresarios vender, tiene un clima bastante intenso, cuenta Carla. Es el mayor evento comercial del año, donde las ventas alcanzan sus posibles picos; pero no todo es brillo y perfume de vainilla mezclado con combos del Mac Donald’s y pochoclo del Cinemark. Para las laburantes como Carla es difícil sostener un trabajo de tanta carga horaria en la semana: “Hoy siendo madre de una bebita es difícil salir a trabajar 8 o 7 hs. Es complicado encontrar un equilibrio entre la maternidad y el trabajo , cumplir con exigencias y responsabilidades.

Es mucho desgaste pero es la entrada económica que me permite ser independiente.”

 

Sus afirmaciones son sabias, así como se leen. La realidad, cuenta, es que no es para todes esta presión laboral que llega desde empleadores y clientes. Laburantes sin experiencia lo sufrirían mucho, sin duda. Ella sabe cuando ve a personal jerárquico ahogarse en vasos de agua y desorganizarse en temas que hacen a esta noche tan especial un suceso algo caótico.

 También la tiene clara en relación a los derechos que aún nos falta conquistar: “Estaría bueno que las licencias sean más prolongadas ya que dejar a una bebita de pocos meses para retomar el trabajo no está bueno”.

 

Menciona que sus empleadores cumplen con todo lo que corresponde. Nos alegra mucho saberlo, tienda anónima de un Shopping porteño.

 

En nuestra Historia de Laburantes de hoy, queremos que te lleves un poco cómo vive la laburante que te atiende la noche que vas a aprovechar los descuentos después de colgar semanas con el regalo para tus sobris. ¿No comprás en marcas hegemónicas porque sos muy muy progre? No importa, la realidad es que estos eventos son enormemente masivos; y Carla lo grafica contando que muchos locales contratan laburantes eventuales y aún así no dan a basto. (Cualquier chivo encubierto a un shopping, es pura coincidencia).

 

En este juego en el que unes y otres no somos más que figuras rotativas en el tablero que sirve este sistema económico, cuando vas a comprar una camisa para el tío segundo que te tocó como amigo invisible, podés ser cliente de Carla.

 

Y, como cuenta Carla, como cliente puede no importarte mucho el trato con quienes te atienden, ya que pretendés ser atendide en el momento sin registrar la situacion caótica que hay alrededor. Todo esto con tal de tener el regalo en el arbolito.

 

Más allá de que te guste comprar regalitos a emprendedores barriales, si solamente celebrás los aniversarios relacionados a bolcheviques, si importás de China todos los regalos, o si sos fiel habitué de La Salada, conocer del laburo de Carla, de su licencia por maternidad, de su pensamiento sobre la industria en la que trabaja hace años, de todo, todo lo que la compone, nos parece clave para acercarnos cada vez más unes a otres.

¿Y acaso no se trata de eso la Navidad?

Uy, perdón, desbarranqué. En fin, disfruten, conduzcan con cuidado y no compren el cuento de la felicidad en cuotas!